lunes, 9 de septiembre de 2013

Matémonos a abrazos.







Quizá intenté engañarme pensando que tú serías el que me abriría la cama por las noches y me dejaría el hueco derecho calentito. Quizá me obsesioné demasiado en que todo fuera bonito y acabó siendo un asco. Quizá quise atarte a la pata de mi cama cuando tú lo único que querías era tomar un café tirado en el sofá. Quizá te obligué de alguna manera a quererme como yo quería que lo hicieras y no te dejé quererme como tu querías hacerlo. Quizá estaba demasiado convencida de que tú y yo seríamos uno y de que me acompañarías un ratito cada día a darnos cariño debajo de los árboles. Quizá pretendí que fuéramos algo que no querías ser. Quizá desee tanto que me llamaras por sorpresa para decirme que me quieres que acabé agobiándote yo con te quieros de hojalata. Quizá pensé que tú podrías darme eso que yo tanto buscaba y al final resulta que te estoy pidiendo más de lo que me puedes ofrecer. Quizá me vuelvo un poco tonta cuando te digo todo esto pensando que, quizá, algún día llegarás a sentir todo lo que yo siento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario