Bienvenido Diciembre. Demos una
fiesta de bienvenida al frío, a las bufandas, a las narices rojas y a
las caras coloradas. Digamos hola a las orejeras, a los abrigos, a los
guantes, a las tardes de manta y sofá. Abramos la puerta a las Navidades,
a los árboles de navidad y los belenes a la entrada de las puertas.
Tengamos los brazos abiertos a los días de lluvia, a la calefacción del
coche, al vapor de las ventanas y a los abrazos que más calor nos dan. A
los besos en la nariz, al apretón de manos, a los cuerpos congelados de
frío, a las duchas interminables, a los polvorones y a esos kilitos de
más que siempre se quedan con nosotros por estas fechas. Sonriamos a la
noche que siempre aparece antes, a las campanadas, a las cenas
familiares, a los regalos sorpresa, a los juegos de cartas, a esas luces
que se encienden y se apagan cada diez minutos.
Agarremos la
alegría y las ganas de vivir para que, al menos, nos dure un poquito
más que treinta días mal usados. Sed felices pero no solo ahora... si no
los trescientos sesenta y cinco días del año.
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